viernes, 8 de enero de 2016

DESOBEDIENCIA CIVIL



La desobediencia civil es un recurso propio de una democracia que puede fortalecer sus instituciones, paradójicamente, oponiéndose a una autoridad democrática legitimada por la mayoría, sea una ley o una política de gobierno. La desobediencia civil la realizan ciudadanos/as que aceptan la Constitución cuando hay violación deliberada, persistente y durante un largo período de tiempo de los principios de la justicia y se han agotado otros canales legales. La desobediencia civil se dirige al sentido de la justicia de la mayoría de la comunidad, para declarar que en opinión de los desobedientes, y a la luz de la Constitución y de los Derechos Humanos universales, la cooperación social entre personas libres e iguales no está siendo respetada porque hay violación de los derechos de una minoría. La desobediencia civil consiste en acciones: • Contrarias a una ley o a una política de gobierno, que no necesariamente debe ser la ley o la política que se quiere cambiar. • Públicas, porque se realizan en la esfera pública, pero también porque se inspiran en principios públicos, es decir, en principios que son comunes a todos, como los de la democracia y los de la justicia. • No violentas, porque no recurren a la violencia física o verbal, porque expresan una desobediencia a la ley pero dentro de los límites de la fidelidad a la ley, y porque quienes las realizan están dispuestos a asumir la sanción correspondiente. • Realizadas en conciencia, es decir, como fruto de un discernimiento ético en el que se han ponderado los valores y los bienes que están en riesgo. • Políticas, porque están dirigidas a la mayoría política y porque se guían por los valores constitucionales. • Con el fin de exigir un cambio en la ley o en las políticas del gobierno.

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