lunes, 18 de mayo de 2015

Angel Guimerá

Ángel Guimerá, de Audouard.jpg

Angel Guimerà, canario de nacimiento, era hijo de padre, catalán, Agustín Guimerà Fonts, y de madre canaria, Margarita Jorge Castellano. Nació en Santa Cruz de Tenerife, en la que entonces se llamaba calle Canales, y que actualmente lleva su propio nombre. Fue bautizado el 10 de mayo de 1845 en la Parroquia Matriz de la Concepción. En 1854 se trasladó a vivir a Cataluña, acompañado de su madre y su hermano Julio, residiendo en Barcelona, durante 4 meses, hasta que sus padres se casaron el 3 de agosto de 1854 y se trasladaron a vivir en El Vendrell. Fue al colegio de Sant Antoni de los padres escolapios de Barcelona, donde recibió una formación clásica y en castellano. Viviría a partir de entonces entre la ciudad condal y la pequeña población tarraconense de El Vendrell, en la que solía refugiarse en sus tiempos libres. Su amigo vendrellense Jaume Ramon y Vidales fue quien lo introdujo en la lengua catalana.

Si bien Guimerà inició su carrera literaria en la poesía, fue su talento como dramaturgo el que le granjearía fama internacional, aunque no hasta haber obtenido el título de Mestre en Gai Saber al ganar sus terceros Juegos Florales en 1877. Sus dramas en verso Gal·la Placídia (1879), Judith de Welp (1883), Mar i cel («Mar y cielo», 1888) y Rei i monjo («Rey y monje», 1890) convirtieron a Guimerà en el dramaturgo en lengua catalana más importante de su generación; especialmente gracias a Mar i cel , que cosechó desde el mismo instante de su estreno un clamoroso éxito de crítica y público. En 1889 fue homenajeado con la presidencia de los Juegos Florales.

María Rosa (1894) fue una de sus obras maestras, tras la cual se sucedieron otros estrenos tan notables como La festa del blat («La fiesta del trigo», 1896) y Terra baixa («Tierra baja», 1897), la cual fue un gran éxito en Cataluña, lo que propició su inmediata traducción al castellano, a cargo de José de Echegaray, y a trece lenguas europeas más. En 1903, Eugen d'Albert estrenó en Praga su ópera Tiefland, con libreto de R. Lothar, basada en este drama, que contribuyó a hacerla más conocida. Sobre el mismo drama, en 1907 se estrenó la ópera de Ferdinand Le Borne La catalane.

Debido al éxito de sus dramas, fue uno de los autores más llevados al cine a principios del siglo XX, cuando se rodaron en castellano «Tierra baja» (1907), «María Rosa» (1908), «Mar y cielo» (1910) y «La reina joven» (1916). Terra baixa dio pie a películas mudas en Argentina, Estados Unidos y Alemania, donde en 1940 Leni Riefenstahl dirigió Tiefland, notable película estrenada en 1953. Por su parte, el director mexicano Miguel Zacarías realizó una notable versión interpretada por Pedro Armendáriz.

Otras piezas notables del dramaturgo son la comedia La Baldirona (1892) y el drama La filla del mar («La hija del mar») (1900), también convertida en ópera por Eugen d'Albert (Liebesketten, 1912), además de ser el autor de La Santa Espina som i serem gent catalana, junto con el músico Enric Morera, sardana que se convertiría en himno tradicional catalán.


Una persistente leyenda pretendía que en 1904 la Academia Sueca había previsto concederle el Premio Nobel de Literatura, en el marco de un primer premio conjunto: junto a él, también se galardonaría al poeta provenzal Frédéric Mistral. Se premiaría de esta forma a dos autores paradigmáticos del renacimiento literario casi simultáneo de dos lenguas latinas emparentadas como el catalán y el provenzal. No obstante, hipotéticas presiones del gobierno español, que habría considerado poco conveniente premiar un autor catalán -que había tenido, además, un relevante papel político en Cataluña- habrían impedido que el proyecto cuajara. En lugar de Guimerà se habría propuesto a José de Echegaray que, aparte de su obra propia, había traducido al castellano algunas obras de Guimerà. Así, el Premio Nobel fue finalmente concedido al tándem Echegaray-Mistral, autores que nada tenían que ver entre sí. Enric Gallen y Dan Nosell desmontan esa leyenda en su documentado trabajo al respecto.  La primera vez que fue propuesto Guimerà para el Premio Nobel fue en enero de 1906, por individuos de la Academia de Buenas Letras de Barcelona, y esa propuesta sería renovada todos los años, sin éxito, hasta la muerte del autor.

Su muerte se produjo en Barcelona, el 18 de julio de 1924, y tuvo un entierro multitudinario en el Cementerio de Montjuic. Durante toda su vida fue un defensor de la cultura y la lengua catalana, incluso fue enterrado envuelto en una senyera (bandera catalana).
* En Vila-seca hay una calle dedicada a él
Una de sus poesías:

Nit de Nadal
Jo vull la taula parada
com el temps que era nin,
a prop de la llar fumosa,
baix el sostre revellit.
Sols vós i jo, la serventa,
tornem al casal antic;
tots els altres se n’anaren
i mai més han de venir.
Guarniu la taula ben llarga,
que hi càpiguen grans i xics,
que ha nascut el Fill de l’Home,
i és nit de goigs esta nit.
Traieu la vaixella fina,
les estovalles de bri,
ompliu els pitxers de roses
com en temps que era feliç.
Poseu un cap de taula
la cadira del padrí,
i en l'altre cap la del pare,
i la de la mare al mig.
A vora d’ella la trona
de mon germanet petit;
jo m’asseuré a l’altra banda
com en temps que van fugir.
Enceneu la llar dels avis,
mig cremat hi ha un tronc de pi;
l’últim dia que es va encendre
quan la mare va morir.
I aneu’s-en lluny, la serventa,
que m’ofeguen els sospirs,
i vull que s’abeuri l’ànima
amb els records d’aquí dins.
Jo el rostre damunt la taula
posaré ben abscondit
entre els braços que no troben
ningú que estrènyer ací.
Amb mos gemecs d’enyorança
la taula faré estremir;
millor que dringuin les copes
com si m’estés entre els vius.
La ventada en les escletxes
farà l’udol del mastí
amb qui a l’escó m’adormia
abraçats com dos amics.
I per sobre de ma testa
la remor haig de sentir
de la gàbia trista i sola
que mou el vent d’esta nit.
I en la paret els filferros
veuran mos ulls enrogits
com els barrots d’unes reixes
que passen sens mai finir.
En tant sentiré per fora
com tresca la gent feliç
sonant ferrets i guitarres,
que el goig per tots sobreïx.
I als vidres de la finestra
escoltaré un dolç brogit,
igual que si fos la mare
trucant amb el cap dels dits.
I, ai, que la mare no ha d’ésser,
sinó el palmó que hi deixí;
tan airós quan jo el portava,

i ara trencat i ennegrit!
Angel Guimerà

http://es.wikipedia.org/wiki/%C3%80ngel_Guimer%C3%A0


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