Un sujeto que vestía una gabardina encarnada
entró ayer por la mañana en el portal de
una casa de la plaza de Rovellat y cargó con un
saco de habichuelas, sin pedir permiso a nadie,
como si fuera cosa propia, y echando a correr
por las callejuelas inmediatas. Sin duda el saco
pesaba demasiado y le impedía correr según su
deseo, pues deteniéndose nuestro hombre junto
al portal de otra casa, vació dentro del mismo
parle del saco, emprendiendo nuevamente la
carrera, ya considerablemente aligerado, sin
que se haya dado con él, a pesar de haberse tratado
de encontrarle.
Tarraconense, El - 08/01/1870, Página 2 de 4
Tarraconense, El - 08/01/1870, Página 2 de 4
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